Muchas veces, cuando se tiene a algún ser querido en
estado desahuciado es difícil tomar decisiones tan drásticas como la eutanasia,
ya que diversos motivos ponen en duda su ejecución: su legalidad, los afectos involucrados, y hasta en ocasiones ser
egoísta y no pensar en lo que el pariente desea.Si bien sabemos que no en todos
los países del mundo esto es legal, existen varios que ya la han aprobado como
Países Bajos, Bélgica y Colombia, con el fin de no hacer más largo el
sufrimiento que causa la enfermedad.
En mi opinión, llevar a cabo este procedimientono es
algo fácil; sin embargo, apoyo la praxis siempre y cuando se cumpla bajo
condiciones muy específicas o el afectado lo pida. Llegar a ese momento es tan
trágico para la familia como para el que decide ponerle fin a su vida, debido a
que entran en un proceso de despedida que por mucho que se sabe y llegará,
duele como si nunca lo hubieras esperado.
Antes de llegar a estos extremos es bueno detenerse a
pensar y valorar la posibilidad de darlo todo hasta buscar la solución; pero en
ese tiempo dedicarse a pasar los mejores días o meses con esa persona y hacerlo
lo más feliz posible para que recuerde así sus últimos días como los más
tranquilos que pudo tener. De ser necesaria la eutanasia, se debería asimilar
como si se le diera la llave que lo llevará a la transición y dejando todo el
dolor atrás.
Por: Gabriela Esté
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