Dos personajes históricos, Lenin y Castro,
que marcaron el destino de una nación, influyen con sus ideales a el presidente
venezolano, Nicolás Maduro, para mantenerse en el poder.
Cuando vamos a responder la pregunta ¿qué
está sucediendo? Tenemos que viajar un poco al pasado y saber en qué se está
basando o por qué el Gobierno venezolano se está desviando a ideologías
comunistas que han llevado y siguen llevando a la coyuntura crítica actual.
Se dice que estamos viviendo en un
comunismo por tratarse de una idea social, pero estudiándolo bien es solo un
régimen que se ha quedado en la teoría porque nunca se ha podido llevar a la
práctica ya que es utópico. El Comunismo y Socialismo nacen como consecuencia
de la explotación de los burgueses hacia los proletariados, en donde el hombre
es enajenado, es decir, es una mercancía como cualquier otro artículo de
comercio y le ponen un precio a su esfuerzo. Creyendo que estos dos sistemas
ideológicos podrían impulsar el crecimiento económico de esta clase por medio
de diferentes estrategias, como: la abolición de la propiedad privada, la
religión y la moral y enseñar que el capital es un producto colectivo y no es
una fuerza social.
Desde nuestros inicios el país viene con
problemas sociales como las luchas de clase, entre la clase más alta y la clase
más baja. Para contextualizar, desde el gobierno de Hugo R. Chávez Frías se ha
logrado persuadir a una “Venezuela profunda” enfocándose en sus necesidades,
carencias y problemas, viendo a la clase pudiente como los que quieren dominar
al país en todos sus ámbitos. Basándose en que los medios de producción y la
propiedad son controlados por unos pocos, “los burgueses”, creando un mundo
adecuados para ellos.
La crisis social que se vive en estos días
en Venezuela es la reacción al daño causado por el gobierno, preparando crisis
más extensas y violentas y sin medios para prevenirlas, pero la unión de los
venezolanos cada vez es más grande, fuerte e indestructible. Se acerca la
desintegración del gobierno, y este carácter violento que adquiere cada día,
llevará a que los integrantes del oficialismo renieguen de este y se una a la
clase revolucionaria.
La realidad dicha por el Manifiesto
Comunista es que la burguesía fue la clase dominante que humilló y abusó de la
clase más baja, que en algún momento no pudo sostenerse porque no es capaz de asegurar
la existencia a sus seguidores, hasta el punto de tener que mantenerlo. La
sociedad ya no puede seguir viviendo bajo la dominación de la burguesía, es
incompatible con la de la sociedad.
El Gobierno maneja conceptos errados, hace
ver a la oposición como “burgueses” que quieren dominar y pisotear al pobre
para que este grupo mayoritario este del lado del gobierno y así poder eliminar
a esta clase que quiere un cambio, que quiere surgir, producir, vivir en
democracia y libertad. Realmente el Gobierno y todos los que lo apoyan son los
burgueses frustrados, que quieren la dominación completa de un país.
Estableciendo una constitución social y política “hecha a la medida” y con la
dominación económica.
Respondemos a la premisa de que nada es
casualidad, todo es causalidad. Venezuela ha llevado en sus venas el anhelo por
el autoritarismo, pero hoy se puede asegurar que el país se está divorciando de
esos paradigmas que quieren acabar por completo con una Venezuela libre.
La historia ha dado una vuelta porque ya
los movimientos revolucionarios que están ocurriendo no son ocasionados por una
minoría, ahora es una mayoría que cada vez está más fuerte y consolidada y
antes esta coyuntura está la rebeldía de un pueblo que tiene hambre de renacer
en conjunto con la democracia y la libertad.
Caricatura de M.Guillen
Por: Gabriela Esté
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