jueves, 14 de junio de 2018


Una memoria fosforescente

     El desconcierto​ inesperado de una invitación a hacer fotos fue una entrada que hice con el fin de drenar todo lo que corría por mi mente luego del asesinato de Juan Pablo Pernalete el 26 de abril de 2017.

     Escribir se volvió una manera de soltar el rencor que predominaba en el ambiente que me rodeó, una vía fácil de disolver la tristeza porque, cuando escribes, la cosas se hacen más fáciles ya que no chocas con ese nudo que te aprisiona la garganta.

     A continuación mis palabras de aquel momento, palabras que 365 días después y un poco más siguen vigentes:

"Estamos bajo la bota. Caminamos en montañas de muertos por razones injustas. Por insensatez, egoísmo y mucho rencor nacido de un sentimiento de inferioridad transmitido por el que calza la bota y, desgraciadamente, un repudio absorbido por los que se la pulen todos los días.
Quizá no nos imaginamos que ayer sería un día trágico, estuvimos en el mismo lugar sin estarlo; viajamos a allí y el dolor fue el mismo. Al menos para mí fue así, porque al igual que muchos, reconozco que esa pude haber sido yo. Ni siquiera pensamos que los días anteriores serían duros también.
Todos, unos días llenos de vileza y plena disposición a apretar el gatillo; a formar una nube de humo asfixiante alrededor del que parece débil, y digo parece porque la fragilidad de la voluntad no es inferior al de un ser que dispara, mata y se ríe de ello. El débil es otro por creer que lustrar una bota que lo pisotea y manipula está bien.
Mi cara es constantemente la de este señor. Yo también me he sentado en una silla y me he puesto a pensar en cómo ayudar, qué aportar para que el titular del periódico que lee, algún día, en un momento, cambie. Porque es mi mayor deseo.
¿Por qué está mal visto querer que la tormenta acabe? ¿Por qué debe ser constante?
Espero salir algún día a tomar fotos otra vez y observar gestos alejados de la angustia, el miedo, la paranoia, porque considero que tú lo mereces y yo también. Espero que el desconcierto sea, en un futuro, porque la tormenta se esfumó. Y porque el señor de botas pulcras, pero de corazón sucio, desapareció."

    Sigue teniendo validez porque él fue uno más que se sumó a la larga lista de personas que, en definitiva, dieron su vida por tener algo mejor.

     Hoy es extraordinario leerlo y pensar que nada cambió, que nos quedamos nuevamente estancados en lo que pudo ser. En que seguimos dejándonos llevar por la "fuerza oscura" y parece volverse más implacable que nunca.

     Es un texto que se convirtió en una memoria constante, de esas que se viste de colores fosforescentes para que la veamos un día, reaccionemos y busquemos justicia; o en su defecto, convertirla en una razón para no dejarle paso nunca más a alguien que por el poder se ha mofado de las caras de la libertad y el progreso de un país entero


 Foto: Centro Comercial IPSFA "Los Próceres" - Febrero 2017.


Por: María José Dugarte Bernal.
@majodugarte_




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