Extraída de ONsalus. |
Por: Stephanía Moreno
Despenalizar el aborto
no es solo una cuestión de leyes y de
decisiones individuales o religiosas. El aborto se conoce como la finalización
prematura del embarazo de forma natural o inducida. Pero para este momento
hablaremos del aborto inducido o planificado. Ya sea por cuestiones económicas
o familiares, hay un gran índice de mujeres que deciden interrumpir su embarazo
para no enfrentarse a una vida “llena de problemas”.
Venezuela es uno de los
países con mayor tasa de embarazos en adolescentes, y con una tendencia
ascendente de madres menores de los 15 años de edad, según reseña El Impulso.
Por ende, es muy probable que las jóvenes con poco nivel de educación y sin
apoyo económico y familiar, piensen que es mejor abortar a su hijo y que de
esta manera no tendrá que vivir en desdicha.
A mi parecer, el aborto
solo es una opción cuando la vida de la madre se encuentra en peligro; pero de
resto, esta es una decisión fácil para muchas mujeres que no saben hacerse
responsables de sus hechos, sin embargo, si se consideran lo suficientemente
maduras para comenzar su vida sexual a temprana edad. Debemos aprender a manejar los problemas y
actuar como adultos, ya que el bebé que se está gestando no tiene la culpa de
las irresponsabilidades de los progenitores.
Es
importante que los adolescentes cuenten con el apoyo y con la información necesaria
para no cometer este tipo de error y que
de esta manera, no opten por esta alternativa fácil desde el punto de vista
socioeconómico, y que esta situación no se convierta en la salvación para
muchas de las mujeres en el mundo.
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