domingo, 17 de junio de 2018


Distracción para dejar fluir. 


     Entretenerse es de esas cosas que se vuelven genuinas, que están constantemente en nuestras vidas porque sencillamente, un humano necesita liberar su cabeza de pensamientos y deberes en determinados momentos. Es una especie de proceso que servirá para replantearse las cosas y darle un nuevo enfoque; o al menos, eso siempre es lo que queremos creer cuando procrastinamos.

     En Venezuela, por ejemplo, parece que viniera escrito en nuestro ADN porque siempre estamos buscando algo diferente que hacer para desviar el hecho de que nos encontramos cada mañana con retraso en el metro, de que no conseguimos dinero en efectivo o de que se nos fue el agua y quedamos con jabón en el cuerpo. Es simplemente el escape perfecto ante tanta mala vibra, si se le puede decir así.

     Tal vez… Los malos momentos obligan a muchos de nosotros a buscar esa mínima felicidad en pequeñas cosas, como Guido lo hacía con Giosué en La vida es bella, es darle un toque de dulzor a tanto sin sabor.

     La distracción hoy es el mundial de fútbol y quería hablar de esto porque me parece tan pura la afición hacia un evento deportivo donde ni siquiera figuramos. Es gracioso, pero es verdad. Necesitábamos un espacio para dejar fluir nuestra pesadez y llegó. ¿Y lo mejor que es? Que aquellos que son más grandes, lo notan. Lo perciben a través de los pasillos de la Universidad. En el metro y en los ojos brillantes de estudiantes que deberían estar repasando las lecciones de los próximos parciales. Pero no hay quejas, más bien hay un síntoma de nostalgia, felicidad y emoción que se contagia y lleva a creer que somos más los que requerimos de incentivos y nos podemos convertir en el mismo para otros.
Cafetín de la Universidad Católica Andrés Bello
Foto: @majophs
      O en todo caso, eso me dejó saber una de las señoras que ayuda con la limpieza en el módulo 1 y 2 de la UCAB, llamada Ladia. No recuerdo su apellido, pero sí sus palabras “Amo verlos así… Amo ver a la base de mi país feliz. Porque ustedes son los que quedan.”  Aunque fueron frases simples, la carga emocional que transmitieron era alta.

    Es como cuando te dan la bendición. Claramente, es costumbre, pero es algo que si tu mamá no responde te hace entrar en una especie de trance con preguntas sin respuestas. Simplemente porque “bendición” significa un “cuídate” y quizá, un “te amo”.

     Entonces… Si la fiebre por el fútbol puede unir a un poco de muchachos de distintas carreras, con metas que no convergen, con pensamientos lejanos que pisan tierra solo por 90 minutos y generan tanta felicidad; entonces hay algo que está bien, hay algo que va más allá de que tu selección clasifique o no. Simplemente existe el hecho de vivir el instante y olvidar, por dos horas o un poco menos que hay una tormenta afuera que tiene cara de inflación, delincuencia y carencias. Es justo allí donde nos volvemos uno solo, cogemos la fuerza y acariciamos la unión que, a veces, tanto deseamos.   

Por: María José Dugarte Bernal.
@majodugarte_


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